Punta Lourde-Rocheblave (3.104 mts.)

Punta Lourde-Rocheblave (3.104 mts.)
25 de Julio del 2008

25 junio 2011

Pas des Moros

Histórico y bonito Paso, sin importantes dificultades técnicas, pero poco conocido, y no fácil de encontrar.
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Mis amigos Pep Torrens, Toni Artigues, Mateu Pascual y Miquel Trías (que han demostrado ser una rica mina de desconocidos caminos, escondidos “pasos”, y originales itinerarios) me llevaron el pasado mes de Abril, a conocer este Paso de difícil localización.
En la carretera de Valldemossa a Esporles, poco antes de llegar al kilómetro 73, giramos a la derecha y vamos hacia las Cases de Son Olesa (a la izquierda) y de Cas Garriguer (a la derecha). Justo después de pasadas las mismas, a la derecha, en un ángulo que hace la pared, veremos un antiguo botador de madera. Lo salvamos y vamos por un sendero Noroeste y Norte. En 04’ junto a un hito en el suelo, hemos de girar a la derecha (de frente iríamos directos al camino que baja de Son Olesa a la Marina de Valldemossa) por un sendero menos marcado. Pero ¡¡mucho ojo!! porque por este nuevo sendero, luego regresaremos. Pero ahora hemos de ir en diagonal a la izquierda, por un tenue senderillo con una pared medianera a la derecha. Cruzaremos un portell en la misma y, a los 06’, llegamos al Mirador des Pi, con vistas espectaculares sobre Sa Marina, el Torrent des Lli, y el itinerario por donde subiremos al Pas des Moros. Del Mirador regresamos unos metros atrás, bajamos a la derecha, y saltamos una pared. Descendemos por un caminillo, dejamos a la derecha una barraca (04’) y, enseguida, desembocamos en el camino mencionado unas líneas antes, que baja a Sa Marina. Espléndido camino con muros de sostenimiento importantes, que desciende en largas lazadas, a tramos bastante invadido por la vegetación, que, en unos 50’, nos llevará al Carrer de Tramuntana del Port de Valldemossa o Sa Marina.
Cruzamos a la derecha el puente sobre el torrente, junto a la playa de piedras. Subimos por el asfalto del Carrer Mestral (carretera MA 1131), sobrepasamos el kilómetro 5 y, también, los hectómetros 8 y 7 y, en la curva siguiente (15’), dejaremos la carretera por la derecha, donde acaba la pared y hay un algarrobo (flecha en el mismo). Bajamos por un senderillo empinado, a atravesar el Torrent des Lli por la izquierda de una gran peña con un gran hito encima (02’). Y ahora vine lo bueno, porque tendremos que ascender durante mucho tiempo, por un desvaído caminillo de cabras, lleno de vegetación y malo de seguir. Atravesado el torrente, subimos izquierda (Sureste) por un tramo de senderillo, en el que enseguida encontramos dos hitos seguidos, en el segundo giramos claramente a la derecha. Junto a un gran pino vamos algo a la izquierda. Junto a una roca derivamos igualmente algo a la izquierda. Una próxima roca la dejamos a la izquierda. Y en 13’ alcanzamos un espolón o arista, que da paso a la vertiente del Torrent des Salt. Desde el espolón giramos izquierda y subimos Sureste. Hemos de encontrar algunos hitos, no muchos, y unas pocas pequeñas flechas rojas, que nos van señalando el itinerario que supera un par de canales no difíciles, pero en las que habrá que poner, pocas veces, las manos. En unos 30’ hemos de ver encima de nosotros, un gran espolón con un ullastre y unos pinos, que superaremos por la derecha. Ya encima y detrás del espolón (07’) en una especie de collado, torcemos a la izquierda (Este y Noreste) y vamos, descendiendo un poco, hacia una especie de cornisa (06’) al pie de la muralla rocosa de nuestra derecha, bordeándola hasta dar con una canal (06’) por la que podemos subir, ayudándonos de las manos. Ascendiendo por ella, encontraremos algunas piedras colocadas, que parecen parte de un viejo camino hoy desaparecido. En 02’ nos situamos sobre una arista o espolón, donde una flecha roja nos indica por donde hemos de seguir subiendo, con cierta tendencia a la derecha, por una nueva canal donde ya hallaremos el Pas des Moros propiamente dicho (25’). Las grandes rocas del Pas, por su parte izquierda, tienen unos escalones tallados. Y más arriba ya vemos un marge o pared, con una rejilla, que cierra la vaguada. El marge (03’) no es fácil de superar, pero, en todo caso, es mejor hacerlo por su extremo izquierdo.
Seguimos ascendiendo, pasando por un gran pino caído, hasta un collado (08’). En el mismo hay una barraca a la izquierda, y una pared medianera a la derecha, la cual tenemos que atravesar por un portell (04’) sin barrera. El itinerario a partir de ahora, a pesar de transcurrir por terreno siempre llano, tampoco es fácil de recorrer, pues en toda su primera parte no hallaremos sendero claro, tendremos que saltar un par de paredes con rejilla, y discurrir por tramos muy sucios de vegetación. Pero bueno, costes de elegir itinerarios poco o nada transitados. Así que atravesado el portell mencionado, iremos Este. Sureste por un senderillo, atravesaremos un segundo portell y, pasado un derrumbe en una próxima pared, giramos a la derecha (Suroeste) y saltaremos una pared con rejilla (06’). Al otro lado de la misma, primero iremos en diagonal derecha, pero paulatinamente vamos girando Sur por un pinar lleno de vegetación, más o menos paralelos a la pared que hemos saltado, aunque ahora ya no la veamos. En unos 07’ veremos dos colls de tords, al otro lado de los cuales hemos de pasar y seguimos a la derecha, Sur. Suroeste. Dejaremos un ángulo que hacen dos paredes a nuestra izquierda (03’). Vamos paralelos a la pared de nuestra izquierda. Dejamos a la derecha una pista. Y en el próximo ángulo de paredes con rejilla, saltaremos a la izquierda. Al otro lado vamos recto (Sur) por un terreno muy tapado de vegetación, pero que enseguida se despeja y giramos a la derecha, Suroeste (06’), hacia las Cases de Vistamar (04’).
El pasado mes de Abril, estas Casas (un antiguo hotel) estaban como abandonadas. Parece que los antiguos gerentes del hotel, han trasladado su negocio hotelero a las Cases de Cas Garriguer. Así que pudimos pasar cómodamente a los jardines de su parte posterior, donde visitamos un bonito mirador, con vistas impresionantes sobre toda la hondonada de la Marina de Valldemossa. Para reanudar nuestra ruta, volvemos al Sur de las Casas. Entre la fachada de estas y un aparcamiento, veremos a la derecha una barrera metálica por la cual vamos al Oeste. En 03’ atravesamos un portell y un pequeño torrente, con un puentecillo y una tubería a la derecha. Ahora ¡¡mucho ojo!! NO hemos de seguir de frente hacia las Cases de Cas Garriguer, hemos de tomar un senderillo no muy claro en diagonal derecha, que va al Noroeste (hitos y flechas rojas). En 04’ atravesamos un portell y seguimos de frente. En 07’ más atravesamos una pared a la izquierda y, en 03’, ya estaremos de nuevo junto al hito en el suelo, donde hace unas horas, al inicio de nuestra ruta, nos hemos desviado hacia el Mirador des Pi. Pues ya no nos queda si no ir, Sur, hasta el botador junto al cual hemos dejado los coches (03’).

Duración de la excursión: Unas 4h. de caminar efectivo.

Dificultad: Algo Difícil****. Porque la localización del Paso, en una ladera escarpada y llena de vegetación, es muy complicada.

Equipo: El normal de media/alta montaña. Una brújula puede sernos muy útil.

Agua: En algún bar de Sa Marina, pagando.

Ayudas: En el mapa de Alpina “Mallorca. Tramuntana Central”, figura toda la zona que vamos a recorrer. Pero no está indicada la mayor parte de nuestra ruta.

¡¡Respetar siempre la naturaleza!!

Notas: Para aquellos a quienes pueda interesar la historia de este Paso, que se llamaba del Rafal, antes del suceso del saqueo de Valldemossa por los moros en el año 1552, colgaré, después de la última foto, el relato en el “Cronicon Mayoricensis” de Álvaro Campaner (Pág. 265).

Palma. Ca’n Pastilla a 8 de Junio del 2011.
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Mapa de la ruta


Botador detrás de Son Olesa



Otro botador, en el lado opuesto de la pared



Vamos Norte. Con la Mola de Son Pacs a nuestra espalda



En este hito giramos a la derecha


E, inmediatamente, en diagonal izquierda. Por la flecha azul regresaremos en unas horas

Pasamos un portell



Mirador de Pi (I)



Mirador des Pi (II)



Itinerario de subida al Pas des Moros. Hay un par de errores en la foto. Debe decir "començarem" y no "començerem". Y Pas des Moros, no Pas des Moto.



Volvemos atrás unos metros, y saltamos una pared



Bajamos por restos de un camino



Dejamos una barraca a la derecha



Enlazamos con el camino de Son Olesa a Sa Marina



Por ahí descenderemos



Muros de sostenimiento del camino



Ya vemos Sa Marina



Pasamos junto a Ca'n Parroquia



Esacaleras al final del camino



Carrer de Tramuntana en Sa Marina



En este punto dejamos la carretera que sube a Valldemossa



Bajamos al Torrent des Lli



Torrent des Lli



Al otro lado del torrente, subimos por senderillo y giramos derecha



Entre estos pinos, vamos algo a la izquierda



Y junto a esta roca, lo mismo



Una nueva roca, la dejamos a la izquierda



Arista que da paso a la vertiente del Torrent des Salt



Algún hito



Hito y pequeña flecha



Seguimos subiendo



Pequeña flecha



Siempre ascendiendo Sureste



Hito y pequeña flecha



Gran espolón con ullastres y pinos



Collado tras el espolón



Faldeamos hacia especie de cornisa



Hito y piedras compuestas



Pequeña flecha en espolón o arista



Ascendiendo por la tupida maleza



Siempre hacia arriba



En lo alto, ya divisamos el marge que cierra la canal



Pas des Moros (I)



Pas des Moros (II) i marge



Pas des Moros (III) i marge



Fotos en restrospectiva del Pas (I)



Pas (II)



Pas (III)



Salvando el marge



Continuamos subiendo



Pasamos por gran pino caído



Alcanzamos especie de ancho collado



Barraca a la izquierda



Portell a la derecha



Derrumbe en pared



Vamos Sur sin sendero



Pasamos al otro lado de un coll de tords



Y vamos a la derecha, de nuevo Sur



En un ángulo de paredes, saltamos a la izquierda



Por entre la maleza, vamos recto, Sur



Cuando el terreno se despeja, giramos derecha, Suroeste



Se configura un camino



Cases de Vistamar



Parte posterior de las Casas



Mirador de Vistamar (I)



Mirador de Vistamar (II)



Mirador de Vistamar (III)



Fachada de las Cases de Vistamar



Barrera junto a aparcamiento



Pequeño puente para tubería



Dejamos tubería y vamos diagonal derecha



Se va configurando un sendero



Portell



Atravesamos pared de la izquierda



Y llegamos al hito en el suelo, del principio de nuestra ruta

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CRONICON MAYORICENSIS
Alvaro Campaner
(pag.265)

AÑO 1552
Octubre 1º. El primer día de Octubre del año 1552, sábado, día de S. Remigio, llegaron a la cala den Claret, que es en el predio de son Ferrandell, diez galeotas de turcos, desembarcando 400 turcos, y luego se subieron por un paso que dicen de las Vacas cerca una hora antes del amanecer. Fueron descubiertos de las guardas de tierra; era en aquel tiempo capitán de Valldemosa Raimundo Gual, caballero muy valeroso y esforzado, natural de Mallorca, el cual luego tuvo el aviso, con su acostumbrada diligencia juntó presto la gente que pudo, que por ser sábado aquel día, la mas gente se hallaba en la Ciudad principal para vender sus frutas, y por esto no se hallaron más de 36 hombres con algunos muchachos sin fuerzas. Partiose luego con estos 36 hombres al encuentro de los enemigos, y luego en un montezuelo llamado de la Moneda, los descubrieron media hora antes de salir el sol. Vio el discreto capitán que los enemigos eran en grande número, y por esto convenía dejarlos pasar, por creer que ningún buen efecto harían, por exceder los turcos a los cristiano, á más de 20 por uno; y aquel lugar y puesto en donde se hallaban los cristianos, era más favorable para los enemigos, y se tuvo allí por cosa cierta, que los turcos tuvieron noticia de los cristianos, y con todo esto determinaron de pasar adelante sin acometerlos, con la confianza de la multitud, y de las buenas guías que llevaban, que es cierto que los hombres mas prácticos de Valldemosa, no hubieran tomado mejor camino, por ser tan áspero y fragoso; bien mostraron ser prácticos en aquella villa, pues sabía que en aquel día faltaría mucha gente. Llegaron los turcos, y entraron por la villa, como perros hambrientos: corriéronla y la saltearon a su albedrío, sin resistencia alguna; hubo cierto hombre muy esforzado, y de grande ánimo que se escapó de entre todos ellos con una ballesta armada en la mano con una saeta que jamás disparó, aunque hacía ademanes de dispararla contra ellos, de suerte que les hizo dejar algunas ropas que se llevaban, y como aquel hombre viese la cobardía de los turcos dio sobre ellos, y les hizo retirar á incorporarse con su escuadrón, que había hecho alto en el campo llamado del Cos. Entretanto que daban saco á la villa, habíase ya el capitán con los pocos de la compañía puesto en celada esperando á los enemigos, en un paso muy áspero y fragoso, por donde pensaba que volverían los turcos con sus despojos, y con el grande cuidado que tenía de las mujeres y gente inútil que quedaban en la villa determinó enviar á algunos de los pocos de la compañía, á explorar lo que pasaba en la villa; porque como nunca hubiesen venido moros á Valldemosa, lo tenían por imposible, por ser la tierra tan escabrosa, y la negligencia de las mujeres incrédulas que pensando que aquella venida no podía hacer efecto, hasta que los vieron entrar por la villa, siendo ya día claro no lo creyeron, y fue la causa que cautivaron á pasados de 400, entre mujeres y niños, y se llevaron cuanta ropa hallar pudieron: y lo que causó grande admiración fue que yendo aquellos perros tan hambrientos, robando y cautivando, que no entrasen en el monasterio de la Cartuja, ni menos volvieron sus rostros para mirarlo, pasando todo el escuadrón por delante de la puerta, y aquellos monjes los estaban mirando cuanto hacían en la villa.
Llegado ya el escuadrón de los turcos al campo del Cos, cargados de despojos, llevaron preso al vicario que se llamaba Pedro Camps, y las espías que traían descuidadas, marcharon por el camino de la marina, por otra vía de la que habían venido, y con esto bien se conoció que eran prácticos en la tierra, y se dijo que entre ellos iba un Pedro Valenciano, que estuvo muchos años en la Cartuja.
Estaba el valeroso capitán Raimundo Gual muy cuidadoso, velando siempre el marinaje de los turcos; descubrió que las 10 galeotas se habían pasado á otro barranco, y supo también por las espías que había remitido á la villa, que los enemigos volvían por vía del barranco, luego el capitán pasó á un lugar que llaman la Escolta, que era un paso por donde forzosamente habían de pasar los contrarios; pero como ellos viniesen á su paso, los turcos que iban en vanguardia , descubrieron la bandera de los cristianos, y consultaron lo que harían. Determinaron de tomar otro camino, la guía que llevaban les llevó por el paso que dicen del Rafal, y ahora le llaman Paso de los Moros, que es cosa que espanta á muchos que supiesen ellos semejante paso, que los más prácticos del lugar no lo saben.
El capitán Raimundo Gual iba muy deseoso de acometer al escuadrón de los enemigos, que venían cargados con el saco, y viendo que los turcos se desviaban por otro camino íbalos siguiendo y atajando el paso; y acercándose ya los turcos al paso, dijo á aquellos pocos que tenía en su compañía (que eran no mas de 27 porque los otros no volvieron todos) y les hizo este razonamiento: “Mirad hermanos míos, que yo tengo aviso de estos hombres que envié á la villa, que toda la gente de mi casa se ha salvado, y puesto en seguro, por bondad del Señor; tengo pero entendido, que me han saqueado mi casa, poca pena me ha dado esto, lo que me da mucho sentimiento es ver que se llevan toda vuestra ropa, mujeres é hijos, y cuanto tenéis de que quedareis muy desconsolados y afligidos; por lo que si vosotros me prometéis seguir y no dejarme, soy del parecer que les acometamos; yo quiero ser el primero, y quiero morir en tan justa demanda: aunque estoy con grande confianza de nuestra victoria, y que el Señor peleará por nosotros, por ser nuestro Padre misericordioso”. Todos ellos respondieron: “No pongáis duda Señor en nosotros, que teniendo un tan valeroso y esforzado capitán, todos estamos determinados á seguiros y morir todos á vuestro lado. Demos pues sobre ellos, que Dios será con nosotros”.
Dada esta respuesta, todos se arrodillaron, e hicieron una breve y devota oración a Dios y á Nuestra Señora, luego se levantaron y arremetieron todos con grande furia y gritos tocando el tambor, y haciendo resonar aquellos montes, con un espanto tan grande que causaban, que los turcos luego se desbarataron, rompiéndose todo su escuadrón: acometiéndoles de más de 300 pasos de distancia, y luego de juntarse con ellos, les tomaron la bandera, con esto tomaron más ánimo y esfuerzo los cristianos (cuya bandera hoy queda por memoria colgada en la Iglesia principal de Valldemosa); no por esto dejaban los turcos, de pelear, y hubo muchos de los cristianos mal heridos, sin morir pero ninguno de ellos. Prosiguieron la pelea, y alcanzaron los cristianos la victoria, de tal suerte, cargando sobre los turcos, que estando ya cerca de las galeotas, no tuvieron tiempo de salvarse en ellas, pues tropezando los unos con los otros se precipitaron por aquellas peñas. Mataron de los turcos á 72, contadas las cabezas, que trajeron á la ciudad de Palma y tomaron 17 vivos, y muchos se precipitaron por aquellos peñascos al mar. Súpose después por cosa cierta de que los esclavos cristianos que remaban en dichas galeotas que tuvieron grande trabajo de llegar á Argel, por faltarles oficiales que mandasen las galeotas, y que por el camino echaron muchos de ellos al mar, y que continuamente se paseaban por las crujías, dos ó tres turcos con alfanjes desenvainados, temiendo no se sublevasen los esclavos, y que cuando llegaron á Argel aquellos pocos que quedaron en breve tiempo murieron, no sólo los que quedaron mal heridos, pero aún muchos de los otros, del trabajo y aflicción en que se vieron, y se tuvo por muy cierto que de los 400 turcos que desembarcaron en dicha cala den Claret ninguno de ellos llegó á Argel, porque se despeñaron muchos de los que entonces no tuvieron noticia.
Y del saco y despojos que se llevaban de la villa nada se perdió, ni quedó ningún cautivo, sino fue un cáliz de plata, el mayor de la Iglesia, que se llevó un renegado. Tuvieron por cierto los turcos, que su guía les había engañado, y que porque todos de aquella suerte se despeñasen les había guiado por aquel paso, tan lleno de precipicios y despeñaderos, y por esto lo colgaron en una antena de una galeota, que era dicho Pedro Valenciano, diciendo “este es el traidor que hoy ha echado á perder toda nuestra armada”.




Palma. Ca'n Pastilla a 25 de Junio del 2011.