Punta Lourde-Rocheblave (3.104 mts.)

Punta Lourde-Rocheblave (3.104 mts.)
25 de Julio del 2008

30 octubre 2008

Pas des Xaragall de Can Boqueta

Magnífica ruta de alta montaña, que discurre por escenarios increíbles. Pero a mí parecer, exclusivamente apta para montañeros con experiencia, y que sepan orientarse por terrenos complicados.
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A la entrada de Deia (viniendo desde Valldemossa) se hallan los antiguos rentadors del pueblo. Junto a ellos se inician unas escaleras paralelas al Torrent des Raco. Por ellas ascendemos. Desembocamos en una calle asfaltada y tomamos a la izquierda. A los 08’ llegamos al Hostal Miramar, que dejamos a la derecha. Enseguida, también a la derecha, se inicia un camino empedrado, es el itinerario clásico al Pas des Raco, por el que nos desviamos. Pasamos una barrera de hierro, dejamos a la derecha un puente, y seguimos subiendo, en compañía del Torrent des Raco a nuestra derecha. A los 04’ dejamos a la izquierda otra barrera de hierro, y seguimos subiendo en la misma dirección. En unos minutos más dejamos a la derecha un gran mojón de piedra ¿restos de un antiguo portell?, por donde seguiríamos al Pas des Raco. Subimos unos metros más y a los 05’ ¡atención! al alcanzar un bancal en el que hay un pequeño algarrobo torcido, sujetado por una estaca de madera (ver foto), hemos de girar a la izquierda por encima de dicho marge. Inmediatamente se dibuja un senderillo que asciende suavemente. A los 03’ se bifurca, hemos de tomar por la izquierda, y salvar una pared medianera (02’) que nos cerrará el paso. Enseguida el camino se ensancha, con una rejilla a la izquierda paralelos a la cual seguimos.
De esta manera, en 02’, desembocaremos en el tradicional camino al Pas des Xaragall de Can Boqueta (cuyo inicio en Deia, hoy está cerrado, y van...) junto la los dos porxos “de toda la vida” (porque ya figuraban en las Rutes Amagades, allá por los años 70). Pasamos entre los dos porxos y seguimos subiendo al Este por camino de carro, atravesamos (06’) dos barreras seguidas (la primera, de madera, se abre; y la segunda, de hierro, se salva por la izquierda) y enseguida llegamos (02’) a un pequeño torrente encauzado artificialmente, que cruza por debajo del camino. Atención en este punto, ya que, inmediatamente después del torrente, hemos de girar a la derecha (Este). Muy pronto volvemos a atravesar el mismo torrente en dirección contraria. Giramos a la izquierda y subimos unos metros. Y entonces ¡mucho ojo! porque hemos de dejar el camino que llevamos (05’), desviándonos a la derecha (Suroeste) por encima de un bancal (hay algún hito). Siguiendo el mencionado bancal, algo sucio de vegetación, llegaremos a una paret de partio (04’). No hemos de atravesarla, sino seguir llevándola a nuestra derecha. En 04’ más giramos a la izquierda (Estesudeste). Y ahora nos enfrentamos a un tramo en donde el camino está muy perdido. Hemos de progresar en la misma dirección Estesudeste, siguiendo algunos hitos, subiendo algunos bancales mediante zigzag, y siempre hacia la cima de Sa Galera, que divisamos a través de las copas de los pinos. Si no nos hemos hecho un lío, en 05’ hemos de dar con la pared que cierra el encinar. Aquí reaparece el camino de carro, y avanzamos por él con la pared a nuestra derecha. En 07’ el camino gira fuerte a la derecha y entra en el encinar.
Enseguida nos situamos encima de una sitja. Desde ella torcemos a la izquierda (E) y subimos hasta dar con una paret de partio (07’). De momento no la cruzamos, ascendemos paralelos a ella, hasta encontrar, enseguida, 2 sitjes y 1 barraca, y entonces sí, atravesamos la pared, aunque, en 03’ más, giramos fuerte a la derecha y volvemos a ella. Pero no la cruzamos de nuevo, subimos paralelos a ella, llevándola a la derecha, por una especie de rosseguera. Hasta que en unos 12’ vemos un derrumbe en la pared, y ahí sí la cruzamos.
Atravesamos horizontalmente una nueva rosseguera que hay al otro lado, y entramos en el encinar que tenemos enfrente. Por el mismo un sendero sube en zigzag, toca un par de veces el borde de la rosseguera que hemos cruzado, pero sigue subiendo sin meterse en ella. Hasta que, en unos 25’, pasamos sobre un árbol caído y llegamos a un espolón rocoso frente a nosotros. Ha llegado el momento de que crucemos la mencionada rosseguera (que tiene dos brazos separados por algunos árboles), subiendo algo en oblicuo, siguiendo algún que otro hito, y en dirección Estesudeste. En 10’ entramos en el pinar, y nos situamos al pie del Pas des Xaragall de Can Boqueta.
El Pas lo identificamos por una gran roca con escalones tallados en la misma, y puntos rojos encima de ella. Subimos a la izquierda por dicha roca, luego giramos a la derecha y superamos una estrecha cornisa muy aérea, giramos de nuevo a la izquierda subiendo por otro tramo de escalones tallados y, en unos 05’, llegamos al final del Pas.
Seguimos subiendo Estenordeste (algún hito) hasta un collado y, unos metros más adelante, una paret de partio con un botador (08’). Aquí se abre ante nuestros ojos un paisaje espectacular, magnífico, muy alpino. Tenemos que dirigirnos (Sur), mediante un senderillo, hacia el rincón que hace el acantilado frente a nosotros. En dicho rincón pasamos por detrás de una gran encina (04’), y seguimos subiendo pegados a las peñas de nuestra derecha. En 06’ alcanzamos una rosseguera a nuestra derecha, por la cual subimos. Pero hemos de fijarnos bien, porque a los 05’ hemos de atravesarla (hitos), para salir de la misma por una especie de suave cornisa al otro lado. A partir de la misma, ya por terrenos más abiertos, hemos de seguir ascendiendo con tendencia a la derecha (Este), siguiendo algunos hitos, y buscando en los acantilados de la derecha, un paso que nos permita superarlos. Y si todo ha ido bien, en unos 30’ veremos a la derecha una ancha canal, no muy vertical, en la cual hallaremos restos de un viejo camino. Por ella saldremos a una especie de altiplano (05’), en el cual tenemos a la derecha (Sur) el Puig des Vent, y a la izquierda (Norte), a lo lejos, Sa Galera.
Lo mejor es proseguir de frente (Este), hasta alcanzar la “cuerda” (arista) que une ambos picos (05’). Desde ella gozaremos de unas vistas inmejorables. Y por la misma (hitos) en dirección Norte y luego Noroeste, alcanzaremos la cima de Sa Galera, en la cual hay un mojón geodésico (20’). Desde la cima hemos de bajar en dirección al Port de Soller (Noreste), siguiendo algunos hitos y en busca del collado entre Sa Galera y el Puig des Moro. En el collado (13’) hay una paret de partio y un portell que hemos de atravesar. Y al otro lado se inicia un ancho camino algo derruido, y al principio algo desvaído, que nos bajara Noreste, mediante algún zigzag, al Corral den Marc.
A unos 20’ del collado llegamos abajo y entramos en el encinar. Atravesamos perpendicularmente un camino de carro, y seguimos en la misma dirección (Noroeste). A los 04’ atravesamos otro camino de carro y continuamos de frente. En unos minutos dejamos a la derecha un porxo restaurado. Y en 05’ más llegamos a un botador, final del Corral den Marc.
Superado el botador giramos a la izquierda (Suroeste) y avanzamos por un ancho camino. Dejamos enseguida un desvío a la izquierda, luego otro a la derecha y, más adelante, un tercero a la izquierda. Y a los 06’ llegamos a un cuádruple cruce, en el que seguimos de frente (ni izquierda, ni derecha). Dejamos un desvío a la derecha que baja y comenzamos a subir fuerte. Y en 05’ ¡¡atención!! llegamos un nuevo cruce, en el que veremos a la derecha los restos de un porxo de madera. Hemos de bajar Norte junto a ellos, dejándolos a la derecha. Enseguida se inicia un senderillo ¿restos de un camino de herradura? bien señalizado. A los 03’ desembocamos en un camino de carro que seguimos a la derecha. En 02’, en un nuevo cruce, torcemos a la izquierda (Suroeste). Y en 06’ más salimos a un nuevo camino de carro, por el que tomamos a la izquierda (Sur. Suroeste). Ahora mucho ojo, porque en 04’ llegamos a un cruce clave. No hemos de ir ni por la izquierda, ni por la derecha, sino de frente, bajando por un senderillo. A los 07’ llegaremos a una sitja donde el camino se hace más ancho y gira a la derecha. Atravesamos un portell sin barrera y seguimos por el mismo camino.
En 05’ desembocaremos en bancales de olivar. Giramos a la derecha (Noroeste) algo más adelante, y nos dirigimos a un porxo que vemos un poco más a lo lejos. Dejamos el porxo a la derecha y continuamos en la misma dirección. En 05’ dejaremos, bastante a la derecha, una caseta. Enseguida atravesamos un portell y torcemos a la izquierda. Y en 08’ más llegaremos a la Font de Sa Senyora.
Bueno, pues ya casi estamos en Deia. Bajamos Oeste y en 05’ pasamos por otro portell. En 02’, por un trozo de camino empedrado, salimos a los viales, ya asfaltados, de la parte alta del pueblo. Siempre bajando, salvamos (08’), por su izquierda, una gran verja de hierro. Y en 05’ más, alcanzamos el centro de Deia, fin de nuestra larga y exigente, pero espléndida, ruta de hoy.


Palma de Mallorca a 26 de Febrero del 2008.




Mapa de la ruta

A la entrada de Deia, la flecha señala la situación del Pas des Xaragall de Can Boqueta


Desde el mismo punto vemos la cima de Sa Galera, a la que ascenderemos


Rentadors a la entrada de Deia

Hostal Miramar

Desvio a la derecha después del Hostal

Atravesamos la barrera y dejamos el puente a la derecha

Dejamos a la derecha el ¿portell? que nos llevaria al Pas des Racó

Bancal con algorrobo torcido en el que nos desviamos

El senderillo se bifurca

Conectamos con la subida tradicional al Pas des Xaragall de Can Boqueta

Los dos porxos "de toda la vida"

Dos barreras seguidas

Desvio sobre pequeño torrente

Cruzamos de nuevo el torrente en dirección contraria

Nos desviamos por el bancal a la derecha

Pared medianera que NO cruzamos

El sendero queda algo perdido

Algunos hitos nos van señalando la dirección

Llegamos a la pared que cierra el encinar

El camino gira a la derecha y penetra en el encinar

Sitja en la que nos desviamos

Subimos paralelos a la pared medianera

Hemos regresado a la pared medianera (a la derecha de la foto) pero no la traspasamos aún

Ahora sí, cruzamos la pared

Nos disponemos a cruzar la rosseguera

Cruzando la rosseguera

Idem anterior

Llegamos al Pas des Xaragall de Can Boqueta

Inicio del Pas

Unos metros más arriba, giramos a la derecha

Aerea cornisa del Pas

Segundo tramo de escalones tallados en la roca

Final del Pas

Subimos hacia un próximo collado

Botador después del collado

Espectacular rincón en los acantilados, por donde vamos a pasar

Rosseguera a la derecha, por la que subimos

Atravesamos la rosseguera

Ascendemos por terrenos más abiertos

Nos desviamos en busca de la canal de salida

Canal de salida, donde hallamos restos de un viejo camino

Por la "cuerda" nos dirigimos hacia Sa Galera

Cima de Sa Galera

Maravillosas vistas desde Sa Galera

Más vistas desde el mismo punto

Sa Foradada a lo lejos

Collado entre Sa Galera y el Puig des Moro

Camino de carro por el que bajamos

Entramos en el encinar

Porxo restaurado

Botador a la salida del Corral den Marc

Cruce múltiple

Cruce junto a restos porxo de madera

Primer cruce

Segundo cruce

Tercer cruce

Cruce clave

Sitja y portell sin barrera

Desembocamos en bancales de olivar, y vamos hacia un porxo

Porxo

Dejamos una caseta a la derecha

Font de Sa Senyora

Tramo de camino empedrado

Llegando a Deia, la flecha señala la situación del Pas des Xaragall de Can Boqueta


Gran verja que salvamos por la izquierda
Palma a 31 de Octubre del 2008.

27 octubre 2008

Otoño en el Rio de Aguas Limpias (Respomuso)


Foto de "Himalaia" en "Pirineos 3000"

22 octubre 2008

Patxi Termenón. Entrevista

.

(Patxi es el cuarto por la izquierda, señalado por la flecha)


Queridos amigos:

Por si alguno de vosotros no ha leido aún la interesante entrevista, que con Patxi (FTer para los foreros del GEM), se publica en la revista digital "Pirineos 3000", aquí os la adjunto
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Francisco Termenón “FTer”, es un experimentado pirineista al que todos conocemos sobradamente por sus valiosas aportaciones al Foro con sus indicaciones y consejos, pero a su vez desconocido en cuanto a su vida montañera se refiere. Resulta fácil hablar de monte con él, de esta manera indagamos un poco más en la vida montañera de Patxi.

Hola Patxi..., ¿nos podrías explicar un poco de donde eres, fecha de nacimiento y a que dedicas el tiempo en tu vida fuera de los montes?
Nací en Vigo, algo lejos de los Pirineos, hace ya demasiados años, no voy a decir cuantos. Sin embargo desde que era un niño, con cuatro años, resido en Bilbao y me considero plenamente bilbaino. Fuera de los montes dedico el tiempo… a pensar en los montes. No, en serio, como hay que comer, pues un trabajo de ocho a cinco como mucha gente. Algo relacionado con la informática.

¿Cómo empezó y a que edad, tu afición por el montañismo?
Recuerdo con diez años haber visto un libro con fotografías de las montañas de los Alpes. Entonces mi ilusión era ser alpinista, pero tuvieron que pasar unos cuantos años para que aquel sueño se hiciera realidad.

¿Cual fue tu primera cima?, ¿y tu primer tresmil y a que edad?
Cuando estaba en la universidad comencé a salir con un compañero. La idea no era
hacer montes, sino cuevas. Hicimos nuestros pinitos en algunas grutas de los alrededores
de Bilbao, incluso fuimos en alguna ocasión a Cantabria. Prácticamente sin más material que
una linterna eléctrica. Como llegábamos a casa rebozados de barro, ante las broncas
de nuestras madres cambiamos de objetivo y nos dimos cuenta que el monte es más limpio.
Primeras cumbres las típicas de Vizcaya: Gorbea, Amboto, Zalama. Algunas salidas con
el autobús del Club a San Lorenzo, Cuchillón.
Allí hicimos nuestros primeros pinitos con el piolet, prestado y de madera por supuesto, los
crampones no sabíamos ni lo que eran. El primer tresmil, con todos los ánimos de los
veinte años, tuvo que haber sido el Posets. Una vez llegados al collado de la Paul, a cinco
o diez bajo cero, todo totalmente nevado, la visión de la pared que había que superar y la
de un componente del grupo que iba delante nuestro resbalándose a todo lo largo del glaciar,
nos despertó de nuestros sueños de golpe. Prudentemente dimos media vuelta y enfilamos
hacia la tienda colocada en Turmo. Al día siguiente conseguimos subir al Perdiguero.
Recuerdo la emoción que sentí al descubrir el lado francés, esas montañas abruptas de las
que no sabía ni el nombre y que entonces consideraba completamente fuera de mi alcance.
Esto fue el año 1977.

Está ampliamente demostrado tu vasto conocimiento de todos y cada uno de los rincones de nuestro Pirineo, ¿cual ha sido tu proyecto más ambicioso al respecto?, ¿o está por venir?
No, nunca me he planteado un proyecto ambicioso, ni tan siquiera el subir a todos los tresmiles
lo es. Yo diría que lo más importante es la constancia, el no rendirse. Ha sido el día
a día, cuando una cima no se dejaba por un lado, lo intentaba por otro. A medida que nos
van cayendo años encima las cimas se van haciendo más altas y más difíciles de subir,
pero los conocimientos acumulados hacen que nos podamos plantear otros objetivos: cimas
más bajas pero de gran belleza hasta ahora dejadas de lado, recorridos menos frecuentados
y profundización en la historia y cultura pirenaica que tiene mucho que ofrecer.

Coméntanos un poco algunas de tus cimas más importantes fuera de Pirineos.
No he salido mucho de los Pirineos. Bueno, no a cumbres de renombre como Andes o Himalaya,
creo que no me apetecería estar un mes intentando una montaña. La península
sí la tengo bastante pateada y algunas escapaditas a Alpes, lo normal. El monte más alto
que he subido es el Mont Blanc, con eso está dicho todo. Eso sí, he estado dos veces en su
cumbre y otra que nos quedamos muy cerca.

¿Recuerdas cual ha sido la cumbre que mayor sentimiento te levantó conseguirla?, y por qué motivo te emocionaste?
No, siempre he sido muy frío en ese aspecto. O tal vez todas las montañas que he subido
me han gustado. Quizás el Toubkal, que lo subí con mi mujer y fue nuestro primer cuatro
mil.

¿Te consideras un montañero con síndrome de “fiebre por los 3000’s”?
¿Qué contestar después de haber subido a todos? Sí, era un objetivo conseguirlos. La
mayor parte del tiempo no me ha absorbido en exceso. Los últimos años sí. Cuando faltan
pocos parece que se hace más difícil conseguirlos y sí, se convierte en una obsesión. Ya
no tienes ojos para otra cosa.

Debido a esta pasión por el Pirineo que te mueve, me imagino que se te ocurrió entrar en el análisis de la correcta catalogación del libro de Juan Buyse “ Los Tresmiles del Pirineo”.
Fue más una coincidencia en el tiempo. Cuando Buyse publicó su libro ya estábamos con
la idea de subir a todos los tresmiles. La única lista de la que teníamos noticia era una que
publicó Sabino Echeandía en la revista Pyrenaica. Contabilizaba 125 cimas, pero sólo sacando
cumbres de los mapas de la época nosotros habíamos elaborado una lista de 160.
O sea, que ya estábamos con ello cuando apareció “Los Tresmiles del Pirineo” en 1990. de
ahí que lo acogiéramos con mucho interés.

¿Llegaste a conocerlo en persona?
No, no nos conocimos personalmente, aunque sí intercambiamos algunos correos sobre
algunas dudas de su lista.

Coméntanos un poco algunas de tus cimas ¿Crees que de alguna forma, existirá la posibilidad de actualizar y acotar de nuevo todos los 3000’s del Pirineo?
Viendo sobre el papel la posibilidad de actualizar la lista y corregir algunas cosas parece
factible. A fin de cuentas sólo son once zonas y un número limitado de cimas. Otra cosa es
la realidad del terreno, el esfuerzo para tal tarea es enorme. Pero bueno siempre se puede
avanzar algunos pasos más. Lo importante es mantener un criterio homogéneo. Si se andan
variando las premisas entonces si que la labor es inabordable.

Cambiando de tema, ¿crees que ha habido un antes y un después del Pirineo?, es decir, ha habido en algún momento un punto de inflexión? Me refiero a que no creo que sea el único al cual le da la impresión de que año tras año el Pirineo y cualquier otra Cordillera del Planeta se están masificando a pasos agigantados.
Sí, por supuesto. Pero ello no es de ahora, vemos que hace 150 años quienes recorrían en
plan montañero los Pirineos se conocían todos, personalmente.
Poco a poco se fue incorporando más gente a esta afición de subir montañas, y si hace cincuenta
años los practicantes se podían medir por centenares, hoy somos millares los que habitualmente
salimos al monte. Pero ello se ha producido en todo tipo de montañas, desde las más cercanas a los ochomiles.
Alguien dijo que el alpinismo es un deporte que surge cuando las necesidades más elementales
están cubiertas, en el sentido que es una afición de ricos. Algo de cierto hay.
Ahora muchos disponemos de ese tiempo libre que no necesitamos para trabajar ya que
nuestras necesidades más básicas están cubiertas y lo podemos emplear en viajar y en
subir montañas. Aparte de la mayor facilidad de comunicaciones actual. Es algo que creo
va a continuar incrementándose.

¿Se ha convertido el Pirineismo o el montañismo en general en un deporte de masas?
No, si entendemos “de masas” en el sentido peyorativo del término. Es cierto que muchas
personas suben al Aneto, Perdido u otro monte famoso y no vuelven a pisar Pirineos en
años. Pero quien se inicia en un montañismo bien entendido y lo practica habitualmente,
va aprendiendo al mismo tiempo que evoluciona como montañero.
Se puede hablar de una “cultura montañera”, creo que ese concepto está reñido con
la expresión “de masas”. La práctica enriquece, no sólo físicamente, sino como persona,
en el sentido que amplia el conocimiento, educa.

¿Ha perdido el Pirineo su encanto por este motivo?
Hay sitios que han perdido la soledad. Si ella formaba parte del encanto buscado, por supuesto.
Aún así fuera de esos sitios, que todos conocemos, el Pirineo está vacío. El cruzarse
con diez personas durante todo un día no puede catalogarse de masificación. Y hay lugares
donde no encuentras a nadie.

Me imagino que como cualquier otro montañero, en algunas ocasiones arriesgamos un pelín más de la cuenta..., cuéntanos si has vivido esa experiencia. En caso afirmativo, ¿dónde y cómo sucedió?
Este es un tema muy delicado. En puridad nadie arriesga más de la cuenta. En el momento
en que fuésemos conscientes de ello nos daríamos la vuelta. Y yo lo he hecho alguna vez.
El problema está en no darse cuenta de los riesgos y siempre hay alguno que se nos va a
escapar, contra más experiencia tengamos, menos. Pero nadie tiene todo controlado al cien
por cien. Luego, una vez desencadenados los acontecimientos el resultado dependerá de la
suerte y se dice “Claro, es que han arriesgado más de la cuenta” y no es eso, simplemente les
ha sorprendido algo con lo que no contaban y han tenido mala suerte. Dicho esto, también
hay que decir que imprudencias hay, y muchas. Pero es lo de siempre, quien las comete
está convencido de que no está incurriendo en ellas. Falta un poso de conocimientos
montañeros a nivel social. Hay quien asocia la montaña con la playa en el sentido lúdico.
En este sentido en Francia tienen un nivel infinitamente superior, tal vez las experiencias
alpinas han calado más en la sociedad.

Y para terminar Patxi, ¿conoces o has visto actuar alguna vez a una banda que ronda el Pirineo y que se hacen llamar “los Cazafantasmas”? En caso afirmativo, ¿eres miembro Directo o perteneces a la cúpula y cerebro de su organización?
¿Cual es su principal objetivo?

Sí, creo que hay un grupo de locos que se hacen llamar así, merodean por sitios raros con
unos aparatos que deben servir para detectar fantasmas.
Lo curioso es que siempre salen de día, cuando todo el mundo sabe que los fantasmas se
materializan de noche.
Bueno, en serio, somos un grupo que tratamos de determinar la prominencia de diversas
puntas dejadas de lado en la lista oficial de los tresmiles y simultáneamente encontrar
aquellas cimas de la lista que no llegan a los diez metros. ¿Por qué está cifra? Porque en
teoría es en la que se basó Buyse para elaborar su última lista de 212 tresmiles. Digo en
teoría ya que no se ha comprobado nunca. Pensamos que ya es tiempo de que uno de los
criterios, sino el principal, para que una elevación sea considerada tresmil, sea comprobado
sistemáticamente. Las novedades encontradas son publicadas en esta web cuando se
producen.

...Para aquellos de vosotros, lectores, que se os haya despertado la curiosidad, entraremos con mayor detalle a conocer este peculiar grupo de experimentados montañeros en próximas ediciones...
Claudio Tinoco “Claudix”

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Y aquí teneis la revista con fotos de Patxi:


Un abrazo.

Palma a 22 de Octubre del 2008.