Yo no soy muy “torrentista” o “torrentero”, como se diga. Me gusta más caminar o trepar por escenarios más amplios. Por esa otra montaña más despejada. Como le dijo un día Miquel Trías a Pep Barceló: ¿Sabes? por eso que existe por encima de las paredes que cierran los torrentes. Y además mi físico ya no está para horas seguidas de movimientos gimnásticos, y pelea continuada con cuerdas y demás artilugios.
Pero mi hijo David sí que es aficionado a esa modalidad, y desea introducir en la misma a su compañera Sonia. Así que el otro día, en que pensaba ir a darle a ella las primeras lecciones, me invitaron a acompañarles.
Compartir un día de montaña con David, es para mí algo muy especial, muy emotivo. Me parece que fue todavía ayer, allá por el año 1982, él tenía 5 años, cuando lo llevaba a la montaña, y le explicaba los primeros secretos de la misma. Cuando a veces lo tenía que tomar en brazos, para correr y llegar a tiempo a la salida del tren de Soller, para regresar a Palma. Él llevaba una mini mochila con una pequeña cantimplora y un jersey. Y yo cargaba con ropa extra de abrigo, la comida y demás. E iba todo el tiempo vigilándole y explicándole como llevar un ritmo adecuado, como colocar los pies en los terrenos más abruptos, y utilizar las manos en las pequeñas grimpadas. Cuando ascendíamos las pendientes, yo me detenía a menudo para esperarle. Y le animaba ¡venga Rizos, un esfuerzo más, que ya estamos!
¿Que ha pasado? Hace dos veranos por los Pirineos, me sorprendí oyéndole decirme ¡venga papá, ánimo! Y de repente me di cuenta de que él iba siempre delante escrutando el mejor sendero, que llevaba la mochila más grande con las cuerdas, arneses y toda la quincallería, y que continuamente se volvía para vigilar que hacía yo, o se detenía para esperarme. Inesperadamente los papeles se habían trastocado, ahora era yo el chaval, y él el padre que se preocupa por su retoño.
Este cambio de roles se hizo patente en el descenso de este torrente. En ningún momento me perdió de vista, me revisó una y otra vez la colocación de mi arnés, me repasó continuamente la posición del “ocho”, se cercioró repetidamente de que la cuerda estuviera bien pasada, y me explicó con todo detalle los movimientos que debía realizar en cada rappel. Y todo ello con una ternura, un cariño y un respeto, que me emocionaron profundamente.
Bueno, me he hecho mayor, que digo, viejo. Pero estoy contento, he aportado mi granito de arena, a hacer de él una excelente persona, y un montañero mucho mejor que yo.
Palma a 18 de Abril del 2010.
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Topo del torrente. Del libro famoso de mi buen amigo Miquel Trias
Cami Vell (II)
Con Sonia
Con David
Idem
Ya abandonado el Camí Vell, por bancales hacia el torrente
Nos acercamos al torrente
Ya casi estamos en él
En el torrente Preparándonos para el primer rappel
Idem
Sonia (I)
Sonia (II)
Mirando como lo hace David
David supervisa mi arnés
Y prepara la cuerda
Inicio del primer salto
Una vista del torrente
Revisando la colocación del "ocho"
El primer rappel es sencillo
Bueno ¡pues allá voy!
"rapelando"
... y más
Sonia. Como si hubiera hecho eso toda la vida
¡Y era su primer rappel!
David va sobrado
Me equivoco desencordándome antes de hora. El segundo salto aún no había acabado
Así que engancho el "ocho" de nuevo, y a seguir bajando
Hay que saber plegar correctamente la cuerda
Este salto ya tiene más tela
Pero tampoco es para tanto
Y si no, que lo diga Sonia
El torrente en blanco y negro
David "instruyendo" a Sonia
Sonia bajando (I)
Sonia bajando (II)
David. La maestría...
... y la elegancia del que sabe
¿Donde estamos? Consultando el topo
Idem
Otro salto. David me vigila
Pero tampoco lo hago tan mal
Es el turno de Sonia
Cuando me logro olvidar de la cuerda, del "ocho", de donde pongo los pies... me doy cuenta de que el torrente es muy bonito
Inicio del penúltimo salto...
... el de mayor desnivel
Para mi gusto, el anclaje de este rappel está demasiado encima de la vertical
Por eso David me vigila atentamente
¡Vamos allá!
De momento...
... no parece difícil, sólo largo
Le toca a Sonia
El salto visto desde abajo
El último rappel tiene un arranque fastidioso. Te tienes que colgar algo bruscamente, pegando con el hombro contra la roca...
... y además en su final hay una cueva, al llegar a la cual, los inexpertos, no sabemos donde colocar los pies
Así que esta vez David bajó el primero, para enseñarnos como hacerlo. Luego le siguió Sonia...
... y el último yo
Final de este salto
Dado que yo había tenido problemas con la mencionada cueva, y mi casco ¡menos mal que lo llevaba! probó su resistencia contra la roca, David volvió a subir...
...para repetir el rappel, y mostrarnos como se salvaba el problema de la cueva
Sonia, con la cueva de mis angustias a su espalda.
Palma a 27 de Abril del 2010.
8 comentarios:
Enhorabuena Emilio.
Nunca es tarde para describir nuevas facetas de la montaña y más aun en tan grata compañia. Ha de ser un placer poder compartir experiència con tu hijo y comprobar como dices que "ahora el es el maestro".
El Torrent de Muntanya además es fantástico para iniciarse y además és un recorrido muy bonito.
Que puedas repetir muchos recorridos como este.
Un abrazo.
Ups ha habido un "lapsus" al escribir quería decir "descubrir nuevas facetas"
Nada mas gratificante que ver como las enseñanzas de un buen padre se tornan con creces viceversa, y vienen de quien fué un fantastico alumno y que este ademas sea un gran hijo. Felicidades a los 2 como personas y como montañeros y a Sonia mi enhorabuna, mas que una alumna parecía otra maestra!!
Abrazos campeones!!
Cuidado Emilio, empiezas asi y acabas haciendo todos los torrentes :P
Me alegra que te haya gustado este pequeño rincón, estéticamente el Torrent de Muntanya es precioso y la dificultad en si del torrente es baja, más para ti que eres un experto en la montaña. Seguro que te fué sencillo y todo :)
Y por cierto, me ha encantado la anécdota que has contado de M. Trias y P. Barceló, muy buena! Más cuando viene de alguien con su inmensa trayectoria tanto barranquera como espeleológica.
Un saludo Emilio, espero que vaya bien todo.
Queridos Pedro y los dos Toni:
En nombre mío, de David y de Sonia, muchas, muchas gracias, por vuestras amables y bonitas expresiones.
Un fuerte abrazo,
Apreciado Emilio:
Me ha encantado tu relato. Con sencillez y el punto justo de humor has descrito una fantástica salida, no tanto por el entorno, como por la compañia. Y, si me permites el comentario y la "boutade", no te estas haciendo viejo, simplemente cada vez eres algo más sabio.
Salu2.
Apreciado Xisco:
Sí, fue un día muy bonito, una fantástica salida, especialmente, como tú dices, "por la compañía".
Y muchas gracias por lo de "sabio", aunque mis huesos me hablan más de años que de sabiduría.
Un fuerte abrazo,
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